sábado, 25 de octubre de 2008

Por qué no vale la pena salir de vacaciones


En la playa hay viento y te desordena el periódico
La pantalla solar 50 te queda corta y quedas roja como un tomate.
La pantalla mezclada con la arena se convierte en un abrasivo que te hace arder la piel.
Lejos del mar, la arena quema. Cerca del mar, la marea sube y te empapa todo.
Nunca logras ajustar la sombrilla de una manera que te dé sombra constante.
El calor te achicharra.
Los vendedores ambulantes no te dejan en paz.
Tu marido se la pasa mirando a las mujeres en topless y quasi- topless.
Los jóvenes de al lado juegan a la pelota y te usan a ti de arco.
Ves una madre joven enterrando pañales sucios en la arena.
Siempre haya alguien que sacude la arena de su lona al lado tuyo.
A tu lado hay un bebe que no para de llorar y un joven con la radio a todo volumen.
Tu hija sentía frío y uso todas las toallas. Tu hijo quiso traer de todo y quiere irse sin llevar nada. Te entra arena a la cámara y la estropea.
Tu marido decide correr cuatro kilómetros y vuelve esguinzado diciendo “tendrás que cargar todo tu sola”.
Un vendedor de helados se sienta a tu lado y ofrece su mercancía a los gritos. En la costa hay aguavivas y más adentro hay tiburones.
El mar tira hacia adentro.
Si vas a la montaña, los hoteles están llenos, y si hay una hola de calor ni tienen ni un ventilador.
Vayas donde vayas siempre hay moscas, hormigas o tábanos.
Si viajas en crucero, engordas.
Si no engordas tú , engorda tu marido…¡con lo que cuesta hacerlo bajar 100 gramos!

LEY DE LA VIDA.
En cuanto te pongas a hacer lo que siempre has deseado, te darás cuenta de que te apetece hacer otra cosa.

No hay comentarios: