lunes, 19 de enero de 2009

¿ Quién dijo que se descansa en las vacaciones?


La vacaciones tienen un doble aspecto para las madres. Por un lado , por suerte dejamos de cumplir horarios estrictos y de vivir con los ojos pegados al reloj. Por el otro, vamos a estar con los chicos en casa todo el día. Salvo que los anotemos en una colonia de verano, en cuyo caso otra vez vamos a tener que estar con los ojos pegados al reloj y la lengua afuera llevándolos y trayéndolos de alguna parte, sacando toallas empapadas de bolsos con olor a moho y controlando que nunca falten ojotas, malla enteras y gorras de goma. Los chicos, como los tomates, crecen con el calor. Empiezan el verano usando una malla y a los quince días no les entra más.
Si en las vacaciones de verano nos quedamos en casa, hay dos maneras de entretenerlos: con una pileta en casa o mandándolos a una pileta en casa ajena. Porque la otra variante de diversión ( televisor + ventilador ) es demasiado estática para chicos en la etapa de desarrollo.
Si van a casa ajena, no hay problemas en tanto y en cuanto no te acostumbres demasiado a las delicias del silencio y decidas pasar a buscarlos a la una de la mañana, cosa que no nos granjea la amistad de la madre del que invitó.
Si tu casa es la invadida, andá diciéndole adiós a tus flores más bonitas, y prepararte para tener que cambiar 50.000 litros de agua, porque los bañistas escupieron, embarraron y llenaron de hojas y papas fritas a lo que antes era agua de piscina con transparente y turquesa con exactos 7 puntos de PH.
Todo depende de las edades de tus hijos. A los chicos de hasta 6 años les encanta salir a pasear. Lo único que hay que tener en cuenta es que a ellos lo que menos les interesa es llegar a ninguna parte. Una rama, una piedrita, un banco en el camino los entretienen durante horas, al punto de que terminamos llegando a la casa de la abuela para la cena, cuando ella – que vive a cinco cuadras – nos esperaba a almorzar.
Los chicos de más edad, en cambio, tienen terribles berrinches por dos cosas: porque quieren salir ya, o porque no quiere salir a ningún lado.Las dos con la misma fuerza , y a veces las dos consecutivas e el mismo hijo, o consecutivas alternadas entre dos hijos:
- ¿Vamos a pasear?
- ¡No quiero salir!
- Mamá, salgamos...
- ¡Yo me quedo solitoooo!
- ¿Cuando vamos, mamá?
- Yo no voy a ningún lado!

La solución es decirle al que quiere salir que vaya bajando al palier o salga al jardín delantero, mientras al que no quiere salir le vamos prometiendo golosinas increíbles y paseos en unicornio con tal de sacarlos de casa.
Los chicos un poco más grandes, rondando los 10 años, no están interesados en el camino en sí, sino en llegar a un sitio que valga la pena el esfuerzo de arrancarlos de la silla de computadora. Si tenés un nene de 2 años y uno de 10 , “ pasear en familia” es un concepto que se traduce con la siguiente imagen: tu hijo chico observando piedritas en la esquina de tu casa , mientras que tu hijo mayor ya llegó al Chuy, y vos corriendo desesperada entre los dos extremos de ese segmento imaginario.
Hay una cosa que consuela a las madres: no hay berrinche que no pare con una bien fingida indiferencia de nuestra parte.
¿De que le sirve desgañitarse gritando, patear el piso y enchastrarse todo si vos ni te mosqueás? Es cierto que los demás transeúntes te mirarán con horror , al verte tan indiferente ante un chico en crisis. Pero la única otra manera de frenar una crisis es un buen cachetazo, y eso sería mirado con más horror aún.
Fuiste al shopping porque ya no te lo bancabas en casa, y en cinco minutos de estar en el shopping te da cuenta de que no te lo bancás en el shopping y querés volver corriendo a casa. Morís por ir al Zoológico y le rogás a los chicos que te hagan pata porque querés ver elefante, cuando a ellos ya ni les importa un pito el Reino Animal. Su obsesión no pasa por palpitantes bestias peludas: ellos sólo se fascinan con los animales extinguidos . Por eso, cuando estás ahí , tratan de arrojarse a la fosa de los leones, chillan porque quieren comer mil panchos, siempre tienen ganas de hacer pis en la punta opuesta de los sanitarios y los animales que mñás les gustan son los que están en la calesita.
Con los chicos es así: una siempre está con ellos en el lugar equivocado, buscando el lugar ideal para la infancia que, simplemente no existe.
¿Cuándo empiezan las clases?

1 comentario:

Anónimo dijo...

De verdad sos una capa... te leo y me desenchufo.... Me encantarìa entrevistarte para un programa de radio. Mi e-mail: tlotero@gmail.com Un beso enorme